Mi abuela tuvo que pagar 20 mil pesetas en monedas,
porque eran de plata, claro, las monedas de entonces eran monedas de plata y
monedas de cobre, para que el alcalde de Madrid, que se llamaba Pedro Rico, que
era socialista, gestionara el meter a mi padre en la Embajada de Cuba.
Estábamos nosotros veraneando en el Collado de
Villalba y hubo un tiroteo que debió de
ser de la lucha que se trajeron en Alto León, porque me acuerdo que mi padre
puso los colchones en las ventanas en el chalet donde vivíamos y nos vinimos
para Madrid. El coche de mi padre se quedó en casa de un cubano, porque como
decían que era cubano no lo iban a requisar, y nos vinimos en el tren. Me
acuerdo de que al llegar aquí a la Estación del Norte debía estar el follón del
cuartel de la Montaña que está encima de la Estación del Norte y me acuerdo de que
como estaban cayendo las vidrieras de la estación pues mi padre nos puso
maletas en la cabeza para protegernos de los cristales. Íbamos mi madre y yo,
yo cogido del carrito, porque mi hermana había nacido en el año 35 y mi hermana
iba sentada en la sillita y yo iba agarrado, y de repente vemos a mi padre
corriendo por la calle Argensola para arriba y dice mi madre -¿Dónde vas Seve tan deprisa?
–dice - Que vienen a darme el paseo que me han avisado- y entonces se metió en
la cueva de la carbonería de Serrano, ahí es donde estaba el carbón ese que he
dicho antes, y además había un cuartel de guardias de asalto en casa de mi
abuela, y de ahí pues por mediación de
quien fuera pues se pusieron en contacto
con el alcalde de Madrid que se llamaba Pedro Rico, cobró dinero por hacer la
gestión de meter a mi padre en la embajada de Cuba para protegerlo, y mi padre estuvo en la Embajada de Cuba
durante unos cuantos meses o un año, no me acuerdo, porque ¿qué pasó? Que
Franco cambió prisioneros rojos por refugiados de embajada y entonces mi padre
se fue a la zona nacional en ese canje de prisioneros.
Mi padre fue en un barco inglés desde Valencia a
Marsella que se llamaba El Juz, que era un acorazado que después se hundió en
la guerra mundial. Los alemanes lo hundieron, y llegó a Marsella, y en Marsella
pues como teníamos dinero en la zona nacional porque mis tíos y esas cosas tenían una fábrica de carburos de Maliaño y
demás, pues mi padre al principio se fue a Bilbao, donde vivían las tías. Entonces
como mi padre daba mal se fue a nuestro pueblo, a Santander, donde la familia
de mi padre tenía la fábrica de carburos de Maliaño, y allí estuvo mi padre
colocado en la fábrica durante el resto de la guerra y esas cosas, y mi padre vivió la guerra en
Santander.
¿Cosas que pasaban en la guerra? Yo por ejemplo
iba al colegio, tengo ahí las notas y el recibo, yo iba al colegio, pagaba 10
pesetas al mes, es que en esta vida es impensable lo que valen las cosas, 10
pesetas al mes, y había criadas que tenías en casa, pero en fin había gente que
por tener techo y comida trabajaban gratis. En mi escuela nos enseñaban a
rezar, nos enseñaban a cantar la noble España, de la internacionalización en
cuyos dominios no se puso el sol y esas cosas, esas cosas que ahora no os las
enseñan. En ese entonces, mi padre y sus “hermanos”, mi madre, mi hermana y yo,
se mandaban cartas codificadas, porque en ese entonces el correo era revisado y
necesitaban códigos para poder hablar entre sí.”
Mercedes García Riesgo (4º A)
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