Lo único que he podido saber es que a mi abuelo lo reclutaron con 16 años a la fuerza porque era tan alto que no se creían que tenía 16 años.
El primer año lo destinaron a los montes de Mora y de la Puebla. Al estar en el monte no les llegaba casi la comida y tenían que comer las raíces del suelo. Pasaron mucho frío porque tenía que dormir en el monte.
El segundo año lo destinaron a Zaragoza y después a Valencia.
Pasó mucho miedo y penalidades y una vez que acabó la guerra aun tuvo que hacer dos años más de mili por la edad.
María Blasco Montolío (4ºA)
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