Entrevista realizada por el alumno Raúl Maícas Muñoz al viajero Enrique Giménez, a raíz de la charla que este impartió, el pasado 11 de mayo, a alumnos de 2º PAB y 1º de Bachillerato, en el IES Segundo de Chomón.
-¿Qué países has recorrido?
Pues unos cuantos, Raúl; hace poco, con mi hijo Pedro, hicimos una especie de repaso y salían en torno a 40 entre África, Asia, América, Oriente Medio y Europa.
-¿Cuál fue el país que más te gustó en general?
Es una pregunta , más que difícil, imposible de contestar; no obstante, algunos que por diferentes factores me han calado más profundamente serían Malawi, Indonesia, Canadá, Jordania y Nepal.
-¿Qué paisaje natural ha sido el más impactante que has visto a lo largo de todos tus viajes?
Tus preguntas son muy muy difíciles, no se puede, de verdad... ¿con qué te quedarías tú? ¿las praderas de Manitoba y Shaskachewan? ¿el desierto de Waddi Rum? ¿la jungla profunda de Malasia? ¿los Himalayas? ¿las Rocosas? ¿el océano Índico? ¿la sabana africana? ¿el Caribe? ¿el mar Rojo? ¿el Kalahari? ¿las cataratas Victoria? ¿el Nilo? La Naturaleza en el mundo es abrumadora por su dimensión ... en todos los sitios hace que percibas verdaderamente lo insignificante que es el ser humano en proporción ... y el daño que estamos causando a la naturaleza siendo tan ‘pequeños’.
-¿Cómo has visto a la mujer en las sociedades que has visitado?
En general con muy poca capacidad de decisión por sí mismas y, por desgracia, muy lamentablemente esto conlleva un alto grado de discriminación social y laboral. Y cómo no, sobrellevando todo el trabajo doméstico que incluye el hogar, la familia, los campos, etc...; y en muchas ocasiones la venta de sus cosechas o la pesca. En algunos países del tercer mundo empiezan a cambiar las cosas a través de cooperativas; pero queda muchísimo por hacer.
-¿Y los niños? ¿A qué edad comienzan a trabajar?
He visto sociedades donde las niñas con doce años ya se consideran mujeres, y eso solamente ya implica ‘mucho’ curro..., y respecto del trabajo depende mucho del segmento social donde el "niño" esté ubicado ya que, además de ir a escuela, -para lo que en muchos países de África, por ejemplo, andan kilómetros-, en ocasiones deben obtener algún tipo de recurso, bien vendiendo cosas, bien recolectando o trabajando para talleres o comercios.
-¿Conocer a los nativos te ayuda a llevarte un mejor o peor recuerdo del país que visitas?
Lo que te aporta es una inmejorable percepción de la realidad. Unas veces te emocionas con dulzura, y otras realmente rozas el "enojo" por lo difícil que te resulta entender algunas cosas, pero te vas habituando a saber que cada sociedad tiene que elegir su propio destino, y también a relativizar nuestra mentalidad intentando no juzgar en base a nuestros prejuicios. Es imposible mantenerte al margen, pero lo vas dominando.
-¿Viajas de esa forma tan austera para ahorrar dinero o para conocer de manera más natural y más libre el país?
Jajaja, esta es la más fácil, sin duda es por ahorrar dinero. Lo que ocurre es que lo segundo es una maravillosa consecuencia de la primera respuesta.
-¿Cuánto dinero aproximadamente gastas en cada viaje que haces?
Jamás he gastado más de 1200 euros en ninguno de los viajes, incluyendo los pasajes de avión, etc... La estadística me dice que el 76% del gasto tiene que ver directamente con el transporte. Comer y hospedarse por el mundo es realmente muy barato, si tienes espíritu aventurero, un buen estómago, pocos escrúpulos y no necesitas un determinado nivel de confort.
-¿Los programas de TV como Pekín Express y similares reflejan realmente lo que ocurre en estos viajes? ¿O hay que vivirlo para saber lo que es?
NADA QUE VER. Respeto la libertad de elección de cualquiera, pero realmente los reality shows, de cualquier tipo, me producen grima. ¡Ah, si yo te contara!
-¿Qué opinan tus amigos y familia de esta afición que tienes?
Me apoyan, sin su soporte no lo podría haber hecho. Entienden por qué lo hago y siempre me han animado. De hecho hemos realizado ya un par de viajes mochileros iniciáticos con mis hijos, uno con Javi a Grecia, y otro con Pedro a Turquía, para que vayan abriendo sus mentes al mundo y comprueben por sí mismos algunas de las cosas que les transmito.
-¿Cuál ha sido tu experiencia en la que más miedo has pasado?
Sin duda bajando el Zambezi en canoa, eran 3 días..., y muy, muy lejos de cualquier sitio "tipicalis" preparado ad hoc para ello. Y tampoco lo pasé muy bien en medio de una carretera canadiense en la que hacía autoestop, y me cayó una tormenta ‘perfecta’, dejaba a las tronadas de agosto del Jiloca como si fueran un chirimiri comparado con aquello; se trataba del diluvio, con rayos y truenos espantosos, ‘chopado’, y sin nadie que me viera, ¡no había visibilidad!, empecé a ver una raras concentraciones oscuras de nubes que iban de arriba abajo, y la radio pequeña que me acompaña decía: ¡DANGER, TORNIIIDOOO, TWISTER...!, el resto no lo entendía muy bien, pero me lo imaginaba. En fin, que había riesgo de formación de tornados por allí. ¡A mí me lo iban a decir, que los tenía enfrente! En fin, que me acojoné vivo, para qué negarlo. Ah, y Atenas... (plaza Omonia ) evitar, please.
-¿Alguna vez has visto que tu vida corría peligro?
Más que yo mismo, he visto cómo corría peligro la vida de algunos compañeros circunstanciales de viaje. En el Zambeze, unos ingleses estuvieron muy, pero que muy cerca , a metro y medio... Y yo, en alguna frontera africana, si no la vida, sí la integridad física..., cuestión de unos $. Otra vez mi propia estupidez hizo que me perdiera al sorprenderme la noche en el desierto, y tuve la suerte de que me recogieron unos beduinos cuando ya no tenía referencias; si no, hubiera pasado una nochecita algo diferente a lo previsto. Y en Atenas, mi hijo me hizo con mucho criterio volvernos al hotel cagando leches.
-¿Mantienes contacto con alguna de las personas interesantes que has conocido?
Sí, sí, con muchas. Procuro hacer amigos. De hecho, varios de ellos que han tenido medios y han venido a España, a Teruel: en casa ha habido canadienses, holandeses, filipinos, singapureses; y mantengo contacto con nepalíes y de otras latitudes.
-Y por último, si mejorase la situación económica…¿a qué otro país te gustaría viajar?
Esta pregunta también es fácil: ¡¡¡a todos los que quedan!!! Como bien dices, con la que está cayendo..., cuando no resulte obsceno pensar en viajes, tengo pendiente ir a Bolivia, Perú y los Andes en general.
Pero probablemente será una vez más pospuesto en aras de países angloparlantes, o nativoparlantes, porque el idioma siempre es un factor mayor de emoción para lograr entenderse, y la ausencia de dominio de la lengua genera situaciones... situaciones, digamos, ‘curiosas’.
En todo caso, sin duda el azar volverá a decidir, en algún momento y por la razón más inesperada, haciendo surgir la motivación y la pasión por ir... a... a... donde el destino me lleve.
OPINAN LOS ALUMNOS
Viajando con un “Monrealero por el mundo” Dentro de las actividades Culturales de primavera en el IES “Segundo de Chomón”, vino al centro Enrique Giménez, “Un monrealero por el mundo” para explicarnos la mil y una historias que conlleva un viaje. Desde la preparación que hay que hacerla bien, el desarrollo de éste en el lugar y la etapa final, con la vuelta a la realidad de cada día y la recopilación de todos los datos a conservar. Se notaba al hablar que lo vivía, que para él es como una droga y que necesita salir cuando el “estrés” le superaba el nivel vital.
Suele ir casi siempre solo, eso nos sorprendió mucho, pero luego nos explicó que si viajar es conocer, documentarse de los pueblos y ciudades a través del contacto con sus vecinos, se tiene que ser libre para moverte libremente y así, se es más.
También nos habló de algo esencial:
Viajar, “ligero de equipaje”, como decía Antonio Machado, pero con buen calzado y pertrechado por toda la documentación y el visado del país (no confundir con la VISA, como le ocurrió a él en la primera salida).
Igualmente, llevar las vacunas al día, importantísimo, más el botiquín, mínimo ante rozaduras y cortes.
Imprescindible el inglés, el subir en los autobuses, metros o trenes de las ciudades o pueblos que se visitan, al igual que comer sus comidas, porque esto sí que es conocerlos de verdad y no solo como turista.
Entre medio nos iba comentando anécdotas que le han sucedido, viendo fotos de los numerosos viajes que ha realizado y dándonos ideas para que nos salga más económico, o cómo aprovechar Internet para estos menesteres, de forma que el presupuesto general fuera mínimo.
Bueno, podríamos haber estado horas, nosotros escuchándole y él sin cansarse, pero el tiempo corría, el timbre sonaba y los autobuses de nuestros pueblos nos esperaban.
Salimos con unas ganas enormes de recorrer mundo, pero eso sí, de momento, viajando con un amigo o familiar.
Nos animó a empezar por la provincia, seguir por España y luego ir cada vez más lejos.
Millán Rustarazo Lahoz / Óscar Fuertes Gill de Albornoz / 2º ESO PAB