A menudo la pobreza provoca el abandono de las propias casas, bienes, etc.
Muchas de estas personas normalmente se quedan en la calle vagabundeando, pero a pesar de todos los conflictos que les rodean, ellos intentan seguir adelante con sus vidas. Suelen enfermar por falta de higiene, y estas enfermedades son contagiadas entre aquellos vagabundos que les rodean.
A causa de estas enfermedades que son contagiosas la población inmigra a otras ciudades, pueblos, países, tal y como en el caso de esta pobre chica.
Sus padres fallecieron y ella tuvo que desahuciar sus bienes, abandonar todo a lo que estaba acostumbrada, una vida normal. Como resultado se quedó sola, abandonada por no tener más familia, terminando siendo una vagabunda como muchas y muchos otros jóvenes, así que se vio obligada a inmigrar a España. A pesar de todo, ella nunca quiso rendirse, prefirió luchar. Obtuvo ayuda de algunas personas que le dejaban por ejemplo cargar con ciertas bolsas que a menudo pesaban bastante, a cambio de una remuneración u otras cosas. Pero poco a poco la joven consiguió salir de la vagabundearía y ahora vive en una cabaña cerca de Teruel.
Muchas de estas personas normalmente se quedan en la calle vagabundeando, pero a pesar de todos los conflictos que les rodean, ellos intentan seguir adelante con sus vidas. Suelen enfermar por falta de higiene, y estas enfermedades son contagiadas entre aquellos vagabundos que les rodean.
A causa de estas enfermedades que son contagiosas la población inmigra a otras ciudades, pueblos, países, tal y como en el caso de esta pobre chica.
Sus padres fallecieron y ella tuvo que desahuciar sus bienes, abandonar todo a lo que estaba acostumbrada, una vida normal. Como resultado se quedó sola, abandonada por no tener más familia, terminando siendo una vagabunda como muchas y muchos otros jóvenes, así que se vio obligada a inmigrar a España. A pesar de todo, ella nunca quiso rendirse, prefirió luchar. Obtuvo ayuda de algunas personas que le dejaban por ejemplo cargar con ciertas bolsas que a menudo pesaban bastante, a cambio de una remuneración u otras cosas. Pero poco a poco la joven consiguió salir de la vagabundearía y ahora vive en una cabaña cerca de Teruel.
Cristina Prisca
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