martes, 7 de septiembre de 2010

RUTAS LITERARIAS: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha II

En los molinos de Campo de Criptana, nos detendremos a continuación, allí se encuentran los gigantes contra los que luchó el hidalgo más universal, convertidos por el malvado Frestón en aspas de molinos.

Mirándolos como manotean con sus aspas, cuatro por si fuera poco, oteando por las ventanillas y como tocados por sombreros, la verdad es que no andaba tan errado el caballero al tenerlos por gigantes.

Es interesante la terminología empleada para llamar a las ventanas de los molinos, dependiendo del viento que les llegue: cierzo, matacabras, solano, abrego, toledano, moriscote…


Y admirables las esculturas de Eloy Teno sobre la figura del Quijote en el centro de visitantes.

“- ¿Qué gigantes? dijo Sancho Panza.

- Aquellos que allí ves respondió su amo- sus brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.

- Mire vuestra merced respondió Sancho- que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.

(…)

Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que, sin duda alguna, eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer.” (Quijote, I Cap. VIII)

Carmen García Royo

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