Todos mis abuelos están de acuerdo en que ambos bandos cometían auténticas barbaridades, pero unas familias tienen mejor recuerdo de uno que de otro según el trato que recibieron. Por parte de mi madre, sé que su padre fue conductor de ambulancias durante la Guerra Civil, de parte de los franquistas. Ella no recuerda ninguna anécdota concreta, pero sí recuerda que siempre le contaban que los militares de ambos bandos cuando pasaban por ciudades, pueblos, etc. cometían auténticas atrocidades: se aprovechaban de que estaban en guerra y masacraban a las gentes.
Se crearon muchas rivalidades, ya que en Teruel se conocían todos, y entonces igual a un vecino que era del otro bando le habían obligado a fusilar a tu padre o a tu tío, o viceversa. En concreto, me han contado que en Teruel había un hombre que trabajaba en el estanco de la calle Nueva al que se le tenía mucho rencor, ya que había sido verdugo durante la guerra.
La familia de mi padre vivía en Valdecebro, y, según me han contado, había un hombre que tenía congeladas las orejas por aquel invierno tan frío.
La abuela Antonia de mi padre era muy querida y respetada por un oficial de la URSS. Esta misma, fue andando del pueblo a Albarracín porque se enteró de que su hijo Cirilo, que estaba luchando allí, estaba herido, y lo encontró vivo.
A mi bisabuelo Juan lo arrestaron los del bando de Franco y, mientras se lo llevaban con más gente en un camión para fusilarlo, consiguió escapar y llegar al pueblo, ya que saltó del camión mientras estaba en marcha.
Sara Gómez Provencio (4ºB)
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