Después de todas estas diatribas religioso-nacionalistas-poéticas en que se sumergieron estos escritores, no podemos dejar de contemplar el arte contemporáneo del museo Guggenheim por dentro y por fuera, pues simula un barco cubierto de escamas brillantes anclado y meciéndose en la ría del Nervión. El arquitecto Frank Ghery ha plasmado el sueño vasco en placas de titanio aunando la belleza exterior con la grandiosidad y vanguardia del interior, una permanente y otra temporal.
Puedes – o debes- visitar también el Museo de Bellas Artes, el puente de la Salve, el metro de Norman Foster, San Mamés (la “catedral” de fútbol del Atlético de Bilbao), subir a la iglesia de Begoña, pasear, callejear… Y ya fuera de Bilbao, la casa de Juntas de Guernica, Baracaldo con su puente colgante y recorrer la costa: San Juan de Gaztelugache, Bermeo, Lekeitio, Elantxove, Zarauz… aunque te caiga un “txirimiri”.
Y, sobre todo, para que sea una Ruta Literaria-Artística- Gastronómica, no dejar de saborear las tapas por el casco viejo de Bilbao, las sardinicas de Santurce, el bacalao al pil-pil o a la vicaína, el marmitako, la porrusalda o un buen chuletón de buey junto al txacolí tradicional u otros caldos del terruño.
Ya sabes, a fusionar la cultura y la gastronomía
¡AGUR! Y que lo disfrutéis.
Carmen García Royo
No hay comentarios:
Publicar un comentario