viernes, 14 de marzo de 2014

TRAYECTO A MADRID (GEOGRAFÍA APLICADA)



El pasado miércoles 5 de marzo, los alumnos del IES Segundo de Chomón tuvimos la oportunidad de viajar a la ciudad de Madrid. Lo hicimos por carretera y durante el trayecto, orientados por nuestro profesor de Geografía, pudimos aplicar y ampliar los conocimientos aprendidos en clase. Solamente hizo falta mirar por la ventanilla y observar...
       El total del trayecto se podría dividir en cuatro etapas, pues en cada una de ellas atravesamos territorios con unas características diferentes.
TERUEL- MONREAL DEL CAMPO: Salimos de nuestra ciudad y tomamos la Autovía Mudéjar, lo hicimos temprano y el sol todavía no se dejaba ver por lo que en unos primeros momentos el paisaje no era visible. Sin embargo, podíamos notar como el autobús en el que viajábamos circulaba por un terreno llano, poco abrupto e ideal para las comunicaciones. De esta manera fuimos capaces de comprobar, tal y como habíamos visto en clase, las perfectas condiciones que las cuencas interiores (en este caso la fosa Teruel-Calatayud)  del Sistema Ibérico ofrecen para el transporte terrestre.
Poco a poco, y a medida que el día amanecía, se iban dejando ver las dos ramas del Sistema Ibérico que rodeaban la cuenca en la que circulábamos y gracias a lo estudiado en el primer trimestre las supimos identificar: a la izquierda, la rama castellana y silícea (Sierra de Albarracín y Sierra Menera); a la derecha la rama aragonesa y caliza (Sierra Palomera).
También fuimos observando los rasgos arcillosos del suelo, los cuales reafirmaban que nos encontrábamos en una cuenca rellenada por sedimentos terciarios y cuaternarios. Tal y como íbamos viendo, estos espacios ofrecen unas condiciones muy favorables para la actividad agrícola y el asentamiento de núcleos de población.
El clima mediterráneo continentalizado, fresco y algo seco, también se hacía visible: comprobamos cómo las precipitaciones escasas -como consecuencia de la acción de muro que ejerce el Sistema Ibérico impidiendo penetrar las masas húmedas atlánticas y mediterráneas, condicionan los cultivos: de secano y dedicados a cereales de grano poco exigentes de agua (sin necesidad de riegos artificiales).
Algunos de los municipios con los que nos encontramos y de los que supimos de su cercanía a la autovía gracias a las indicaciones fueron: Cella, Villarquemado, Sª Eulalia, Torre la Cárcel. Todos ellos, poblamientos concentrados próximos entre sí y de plano apiñado.
MONREAL – MOLINA DE ARAGÓN – ALCOLEA DEL PINAR: A la altura del municipio de Monreal del Campo cambiamos el rumbo y nos dirigimos hacia el Oeste, ello supuso abandonar la Autovía Mudéjar, tomar la N-211 y adentrarnos, aunque por poco tiempo, en el Valle del Jiloca (donde observamos un mayor predominio de materiales de la era cuaternario como gravas y arenas). Poco después, al abandonar Aragón y entrar en Castilla-La Mancha, penetramos en la rama castellana de la cordillera Ibérica de sustrato primario, el cual supimos identificar gracias a la presencia de cuarcitas pizarras y esquistos.
Observamos en esta fase del viaje muchos menos cultivos y más bosque, pues ya no viajamos sobre las buenas condiciones del suelo arcilloso. Lo hicimos primero sobre calizas, donde observamos sabinas y roble quejigo; y sobre roca silícea crece el roble marojo.
El clima de esta zona, también mediterráneo continentalizado aunque más frío debido a una mayor altitud. La repercusión de este rasgo climático la pudimos percibir en el reducido número de municipios y en la dispersión de los mismos. A ello contribuye enormemente la escasez de cultivos.
ALCOLEA-GUADALAJARA: Una vez llegados a Alcolea del Pinar tomamos la autovía Madrid-Zaragoza-Francia (A-2), una de las más importantes del país y que hemos visto y comentado en clase. Su importancia viene dada porque en ella confluyen varias vías de gran capacidad.
Durante esta etapa el territorio gozaba de una gran horizontalidad, que supimos relacionar con la formación de páramos producto de la erosión diferencial. Los municipios rurales se observan más abajo, en la campiña, en la que afloran los materiales más blandos y mucho más fértiles y por las que circulan los ríos (Henares principalmente), proporcionando unas muy buenas condiciones para el poblamiento.
GUADALAJARA-MADRID: A la altura de Guadalajara observamos cómo nuestro autobús descendió a la campiña, por la que circula el río Henares. Allí pudimos conocer de primera mano la influencia de la red industrial formada en torno a Madrid, la cual convierte a Guadalajara en un área en creciente expansión. Este aspecto lo observamos en la sucesión de polígonos industriales, fábricas, centros de logística, intensiva circulación de camiones… Conocimos también la manera en la que los municipios de esta zona como Torrejón, San Fernando se han visto beneficiadas de este desarrollo.
      En conclusión, un viaje de lo más interesante en el que pudimos aplicar todo lo aprendido en clase así como conocer los rasgos y características del territorio de nuestro país.
Alfonso González Féliz de Vargas

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