lunes, 10 de enero de 2011

ELECTURAS: EL TIEMPO ENTRE COSTURAS (María Dueñas)

Es la historia de una mujer fuerte, arriesgada, emprendedora, con “rasmia” para las diferentes situaciones que se le van presentando en su vida a partir de la ruptura de su primer novio, Ignacio, y el abandono del que fue su gran amor, Ramiro.

Podía haber sido una chica de la época, en los albores de la Guerra Civil, y haber formado una familia convencional tal como se esperaba de ella; pero el espejismo de su AMOR, con mayúsculas, subjetivo y arrebatador, le sedujo hasta el límite de romper con todo y con todos.

Este comienzo recuerda mucho a la Desideria de “La pasión turca” (la obra de Antonio Gala) que de ser una chica casada y de provincias, en una ciudad de Castilla, se lanzó desenfrenadamente a una aventura de olores, colores y sonidos turcos.

De igual modo, Sira con su “escándalo” a cuestas y con sus miedos, miedos que posee porque la sociedad era distinta a la actual y la educación de las niñas ya sabemos cómo transcurría, se marcha a Tánger para vivir una vida de ensueño y de glamour hasta que “su Ramiro” la abandona dejándola en la ruina, llena de deudas y con la policía tras de sí.

Es entonces cuando armándose de valor se desplaza a Tetuán, capital del Protectorado español de Marruecos y es allí donde pasados varios momentos de debilidad física y moral, apoyada por “la Candelaria” (mujer inculta pero con muchos recursos) iniciará, aunque con ciertos trapicheos, el trabajo que ella en realidad sabe hacer: costurera.

Al principio, su taller será sencillo, pero se irá haciendo cada vez más famoso y, entre sedas y cachemires, podrá acceder a las fiestas en embajadas y conocer a personajes, muchos de los cuales promovieron el golpe militar que hace estallar la Guerra Civil en España y así, como sin darse cuenta, entrará en el mundo del espionaje que le llevará a viajar por el norte de África, Lisboa y vuelta a Madrid. Su vida traza un círculo, sale de Madrid y vuelve a él al cabo de los años y numerosos acontecimientos vitales.

Nunca perderá la referencia de su origen, su solidaridad con los menos favorecidos económicamente, con los marginados sociales casi esperpénticos, como Félix, y precisamente serán ellos los que le mantendrán la moral y la auparán en el prestigio de su atelier (taller de alta costura), donde se afanarán y compondrán las señoras de los altos cargos alemanes y de los que controlan el poder de España en el norte de África. Sira se hará su confidente como mujer y éstas a su vez le darán pistas de los pasos que siguen sus hombres, indispensables para sus cometidos políticos.

Tampoco perderá de vista la figura materna. El bienestar y la salud de su madre van a estar siempre entre sus preocupaciones, permanecerán unidas a pesar de los pesares e incluso abandonará Madrid para estar junto a su hija dirigiéndole los trabajos de costura cuando ella responsablemente tenga que dedicar parte de su tiempo a su nueva devoción, el espionaje.

La madre como hacedora del hogar y protectora de su prole nunca rompe el cordón umbilical. ¿Quién no recuerda, como decía la artista Mª Ángeles Pérez haciendo referencia a su obra en la exposición colectiva del Museo Provincial de Teruel, a su madre a altas horas de la madrugada cosiendo con la aguja, los desgarros diarios, las botonaduras y enrollando los trozos de tela sobrantes con una veta de la misma tela para guardados primorosamente? Son recuerdos entrañables que nos ligan a ella para siempre con un entramado arropador sobre los “cortes físicos y psicológicos que cotidianamente sufrimos”.

A lo largo de toda la novela y con el personaje femenino de Sira como hilo conductor, nos afianzamos más en la idea de mujer remendadora de sueños rotos; en la mujer tejedora de vida y forjadora de ilusiones que recompone el día a día y restaña la historia construyendo un tejido social que aglutina ante los embistes de la soledad. En un tiempo en que una mujer sola y humilde fregaba, cosía o se prostituía, Sira elige la segunda opción, hilvanando su vida puntada a puntada hasta tal extremo de que sus patrones servirán para comunicarse con sus enlaces.

La ficción que suponen los vestidos y el cambio de ropa va en paralelo metafóricamente con su transformación de personalidad y se plasmarán en su nombre final: Sira Quiroga=Arish Agoriuq

Llegados a este punto, que nadie piense que en sus casi 650 páginas sólo bulle una historia de amores diversos. No, es mucho más que eso, “ésta” es la excusa para ofrecernos una visión literaria de la España colonial en Marruecos tan poco explotada, y también porque a través de los miedos primeros, las pasiones siguientes y el crecimiento personal de la protagonista posteriormente, vamos viviendo el comienzo de la Guerra Civil, la posguerra y los sonidos de la II Guerra Mundial, ligado todo ello a personajes reales que circulan empujando los acontecimientos, desde Serrano Súñer, el “cuñadísimo”, al coronel Beigbeder, luego ministro de Exteriores de Franco, Alan Hillgart, agregado naval, Rosalinda Fox, amante de Juan Luis….

Diseña el mundo de los europeos donde alemanes y británicos tratan de hacerse con el control de España y confecciona simultáneamente el mundo árabe con sus medinas, su té moruno y el exotismo sorprendente de sus calles laberínticas.

Se trata de una historia mágica y fascinante. Un magnífico retrato de esa época en la que María Dueñas se muestra como una estupenda equilibrista, caminando por la cuerda floja, entre la realidad y la ficción, demostrando que maneja unas minuciosas fuentes de información y documentación auténticas.

Bien es verdad que su madre nació en Tetuán en 1940 y vivió allí hasta la independencia de Marruecos por lo que ha dispuesto de una información privilegiada, pero esto no sería suficiente si ella no tuviera esa capacidad para la prosa ágil, un lenguaje rico y bien hilado, y sabiendo bordar una trama donde, a base de pespuntes, se entremezclan el amor, la intriga, el exotismo y los hechos históricos que fueron claves en la reciente historia de España, aunque bastante desconocidos para la mayoría.

Animo a leerla, “engancha” desde las primeras páginas. Es una obra cautivadora y sorprendente, además de poseer una pizca de sabor a la película de “Casablanca”.

Como tras leerla ya solo tendrás ganas de viajar a esos escenarios, pincha en el vínculo de la imagen y ya puedes ir preparándote, a base de fotos, la futura ruta literaria.

Carmen García Royo

4 comentarios:

  1. Tenía intención de leer la novela pero, después de leer este espléndido comentario, estoy ansiosa por hacerlo.
    ¡ Qué buena idea hacer el recorrido que sugieres! De momento podemos disfrutar de las imágenes que compartes. Gracias.
    MA

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  2. No conocía ni la autora ni la novela pero después de leer tu comentario, es inevitable no leer esta novela.
    DAA

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  3. Yo ya había leido el libro, pero me han encantado tus opiniones. Me parece que sólo una mujer puede tener la sensibilidad y la agudeza especial para ver la importancia del papel de la madre en el libro y en general en la vida de todos los hijos. Además el perfil psicológico que muestras de Sira, la protagonista,me parece muy acertado.Las mujeres sabemos muy bien lo que cuesta conseguir nuestras metas y Sira es un ejemplo perfecto para mostrarlo. También me ha gustado que hayas enfocado tu comentario sobre los aspectos históricos del relato, pues es una época muy interesante.

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  4. Muchas gracias por vuestros comentarios. Espero que cuando leais el libro os guste y que plasméis aquí , si os parece, vuestras impresiones y opiniones porque seguro que el enfoque será desde otro punto de vista y así enriquecemos el mundo de Sira y el nuestro.
    Cada uno leemos desde una perspectiva diferente porque cuando tenemos un libro entre las manos, nos identificamos y lo hacemos nuestro.
    Aunque con la persona que lo ha leido creo que tenemos una empatia similar ante el desarrollo de los acontecimientos.Me alegro.
    Pero también es verdad que los que participan en clubes de lectura dicen que el día que se comenta en grupo, se sorprenden pensando si hablarán del mismo título que han leído ello/as.
    Y mi agradecimiento asi mismo va dirigido a Mª Ángeles Pérez por la foto cedida a la síntexis de "Tiemopo entre coasturas", perteneciente a su original y creativa obra.
    Carmen García Royo

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