Espacio Telefónica, Houdini y el espiritismo |
Real Academia de San Fernando, planta dedicada al Arte Contemporáneo
Y por fin llegó, llegó el día que estábamos esperando, el que significaba que habíamos completado otro trimestre. Esos meses de exámenes, tensión, estrés, agobios, bajones y de esos "no tengo tiempo" "no llego a todo". Y te vienes abajo casi antes de empezar, cuando ves la que se te viene encima, y es en ese momento, cuando aparece una ilusión, una recompensa que alcanzar y por la que merecerá la pena luchar. Y que mejor regalo que viajar, y además no a cualquier lugar, sino al mismísimo Madrid.
La cosa pintaba bien, visita guiada al museo del Prado, una hora libre para descubrir o reconocer obras artísticas, para más tarde contemplar una joya de la arquitectura (edificio Caixaforum). Después atravesar las calles de Madrid a toda prisa, aunque pudiendo siempre mirar a nuestro alrededor (también para evitar atropellos, que en Teruel no hay tanto coche) para llegar a la Academia de San Fernando para contemplar y comentar (en la medida de lo posible) más obras de arte.
Las previsiones para después: llenar la tripa (realmente un planazo). Como punto y final visita a la fundación telefónica, edificio original donde los haya, y más aún sus exposiciones.
Como veis, todo apuntaba a que iba a ser un día genial, pero como muchas veces ocurre, la realidad superó nuestras expectativas. Todo salió "rodao", llegamos a tiempo, nos sorprendimos con los cuadros y con cómo ganan al natural, hablamos, comentamos, observamos y sobre todo reímos, que como se suele decir: "mucha risa pa que no nos duela nada". Y así fue, nos olvidamos de los errores, de lo negativo y ¡hasta del dolor de cabeza! Porque cuando la compañía es buena, evadirse es fácil, y disfrutar con arte lo es todavía más. Gracias.
Sole Maenza
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