Después de un duro viaje por el río, Marcelino los dejó en casa de su hermano Toti y a la mañana siguiente continuaron viaje con él y el indio Baltasar en busca de la pantera negra, que era para lo que Daquio y Antonio habían viajado al Amazonas. Llegaron a una cabaña de indios esclavos dirigidos por el negrero Tonino, allí padre e hijo descubren a Raimundo, un muchacho blanco que había sido secuestrado por Santos y el mulato Briancon, que robaban chavales y los vendían en la selva a los negreros que se dedicaban al contrabando, y les hacian trabajar duro. Es entonces cuando Daquio y su hijo empiezan a sospechar de sus guías y se ponen en guardia, igual les han tendido una trampa.
Conocerán al indio Ban que será quién les lleve hasta la pantera negra en la región de Ponçao. Después de varios intentos por encontrar al animal, Daquio tiene la certeza de que en ese lugar no existe la fiera y la razón por la que están allí es otra. Amores había salvado la vida de Santos y éste quería quedarse en paz liberando al muchacho que tenían prisionero. Por eso se habían servido de los dos extranjeros para llegar hasta Raimundo sin levantar sospechas en la selva. Una vez liberado el muchacho se quedó a vivir con Amores, Daquio y Antonio volvieron a su casa.
Es un relato lleno de misterio y aventuras. El autor pone de manifiesto la vida en la selva y las costumbres de sus gentes de una forma muy real.
La lectura ha sido fácil y me ha enganchado hasta el final.
Es una historia cerrada, pues cuando Daquio y su hijo están en el avión camino de casa, dice el autor que echan una mirada para ver por última vez la extensa Amazonia.
Jorge Ramírez. S2B
Jorge, muchas gracias por tu aportación. Me aficioné a la literatura juvenil gracias a las aportaciones de los alumnos del Chomón en esta sección del blog. en cuanto lo lea, te busco y comentamos.
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