“El aprendizaje es algo ilimitado”
“A lo largo de toda nuestra vida no perdemos la capacidad de aprender”
Según ciertas investigaciones, podemos concretar que el periodo de aprendizaje más óptimo en los seres humanos se da entre los 0 y los 3 años.
En estas edades el cerebro está en máximo proceso de formación y los diferentes estímulos que le llegan del exterior son determinantes para su desarrollo.
Este proceso no supone un gran esfuerzo para el bebé, es más bien un placer, siempre que no suponga un agotamiento de su atención.
Hay actividades que ayudan a este desarrollo. Por ejemplo los padres pueden presentar ítems de inteligencia, que son láminas con nombres y dibujos de objetos y personas conocidos por el niño. Estas láminas se enseñan a los bebés, desde los 6 meses, varias veces al día y con una duración de un segundo cada una. Las sesiones no pueden ser de más de 10 ó 12 segundos, que es el tiempo de máxima concentración de los bebés.
Según algunos expertos, esto permite que se desarrolle mejor la inteligencia, y que el aprendizaje, en un futuro, sea más productivo. Por ejemplo aprenden a leer antes.
Este método de estimulación es beneficioso para tratar problemas de discapacidades psíquicas, como por ejemplo el Síndrome de Down, del cual se han obtenido resultados muy positivos, comprobados científicamente.
Desde nuestro punto de vista, aunque la estimulación pueda favorecer el futuro académico, nunca determinará totalmente la capacidad de estudio o de concentración de un estudiante, ya que pensamos que hay, además, capacidades innatas, que dependen de cada uno.
Datos bibliográficos obtenidos de la obra de Glenn Doman: Cómo mejorar la inteligencia de los niños. Este investigador es fundador y director del Instituto para
Silvia Lozano / Ana Alquézar / Noelia Royo / Begoña Arnaiz
Alumnas de Psicología de 2º curso de Bachillerato, del IES Segundo de Chomón.
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