domingo, 21 de junio de 2015

HOMBRES BUENOS, de Arturo Pérez Reverte

¿Se puede cambiar el mundo a través de los libros?
Empecé la lectura del libro sin gran entusiasmo pero, conforme iba avanzando, ya no podía detenerme.

El tema es de lo más original y contado por un erudito como Pérez Reverte, aunque con un carácter algo soberbio a veces, te abduce hasta límites insospechados con su dominio del lenguaje y sus conocimientos de bibliófilo, haciendo de las 581 páginas un placer continuado.
La historia la resumo brevemente porque no quiero desvelar nada esencial para los futuros lectores.
En 1781, siendo Director de la Academia de la Lengua Vega de la Sella, marchan dos académicos al París pre-revolucionario para conseguir los 28 tomos de la 1ª edición (1751-1772) de la Enciclopedia francesa, elaborada por Diderot y D´Alembert y prohibida en España.
A lo largo del trayecto y también en la capital francesa, tienen que sortear numerosos obstáculos para poder conseguirlos, ya que no todos los académicos estaban de acuerdo con esta adquisición y despliegan sus redes, con el fin de que los encargados no lleven a cabo su misión más allá de los Pirineos. Este hecho une a los dos protagonistas con lazos de amistad, aun siendo tan diferentes, en un proceso lento pero lleno de respeto y tolerancia.
Para ir desmenuzando cada tramo tienes que desempolvar todos esos conocimientos que tenemos medio olvidados sobre el siglo XVIII, el de la Ilustración, a lo que te ayuda el autor porque pone en labios de sus personajes diálogos inspirados en los conceptos de Diderot, Rousseau, Voltaire, Moratín, Jovellanos... dándonos una visión perfecta del Siglo de las Luces. Él mismo, en las entrevistas, decía que su novela "Hombres buenos, pretende que la luz del siglo XVIII ilumine el presente. Es un manual de supervivencia cultural y afectivo".
¿Qué se puede decir de esta novela que en el fondo podría ser más bien un libro histórico- filosófico?
-Que te despierta las ansias de emprender una gran ruta literaria buscando las calles y los lugares ahí descritos. Pasearlos, saborearlos y comprobarlos "in situ".
-Que los académicos que viajan a París, Hermógenes Molina y el almirante Pedro Zárate podrían representar el Antiguo Régimen que se acaba, frente al Nuevo Régimen que llega imparablemente.
Pero en ningún momento es una novela maniquea, tan solo expone los hechos. Y ambos entrelazan, tal como he dicho antes, una corriente tejida de afecto y solidaridad, mostrando una gran dignidad hasta en los peores momentos. Vendría a ser como la unión de las dos Españas: la Fe y la Razón, amalgamadas por el respeto.
- Existe una mezcla de ficción y realidad en la trama: nos la va contando, como narrador omnisciente, en tres niveles: el viaje a París, la trayectoria y las conspiraciones de los que se quedan en Madrid, y su propio yo en la búsqueda de documentos, planos y datos parisinos, necesarios para seguir avanzando, componiendo así un libro dentro del otro.
- Observando los personajes nos sorprende la cultura del marino militar, pero es que Pérez Reverte se inspira en las personas que le acompañaron cuando ingresó en la Real Academia. Es un homenaje a la inteligencia del Almirante Álvarez Arenas, que junto a Gregorio Salvador, Antonio Colino y Antonio Mingote le hicieron más fácil la entrada a ese Olimpo de las Letras y a los que dedica el libro en las primera página.
- Nos presenta el contraste entre la vida española con el rey Carlos III, ilustrada pero católica, y la del París que intuye la Revolución muy cerca, con sus cafés, salones, tertulias literarias... donde se habla de todo: monarquía, Dios, libertad, sexo femenino... o se tienen al alcance folletos eróticos bajo el nombre de "filosofía".
- No puedes evitar, leyendo entre líneas, el recordar en este viaje lleno de aventuras, posadas y obstáculos varios, a Don Quijote y su siempre compañero Sancho Panza con su locuacidad y sus sentencias vitales. Momentos entrañables son también aquellos con los que nos deleitan nuestros académicos en sus muchas horas de viajar juntos (Madrid-Bayona-París, 300 leguas, con una duración de un mes de ida y otro de vuelta), como el diálogo sobre su opinión en torno a las mujeres-pag.143-147. O memorables, como la última noche parisina acerca del cambio histórico con el abate Bringas, personaje que encarnaría la premonición revolucionaria y su guía en la capital de Francia, basado en el personaje real del Abate Marchena (español exiliado en Francia)-pag.514-519.
- Las mujeres no se prodigan en el libro pero las dos que aparecen son de origen español, eruditas y liberales como Teresa Cabarrús y Margarita Dancenis (Madame Dancenis), esta última a modo "Rey Sol" recibía a sus invitados en la cama antes de levantarse, y rodeada de ellos iba pasando la mañana entre proyectos y alguna que otra picardía.
- Hay un episodio curioso, el de un duelo, el cual es aceptado por nuestro Almirante, marcando la dicotomía del viejo "honor" de los duelos tan en boga en aquella época, frente al progresismo francés.
Este es un hombre seguro que sabe imponer su valía durante todo el viaje, imponiendo los tiempos ya sea ante los salteadores del principio o al final en el río frente a Raposo. Y con la misma dignidad se enfrenta a la probable muerte como a la escena amorosa con Madame Dancarís, tan sutilmente relatada por Pérez Reverte.
- Tiene una especial importancia para conseguir la Enciclopedia, el Conde Aranda, embajador en París, que echando pensamiento a sus raíces masónicas, entiende la necesidad de conseguir para España esta joya que posibilitaría abrir nuevos horizontes.
- Curiosas algunas de las numerosísimas frases que ornan el texto, dándonos idea del hecho histórico que se acercaba, la Revolución Francesa.
                      "Dejad leer y dejad danzar". Voltaire
                      "Menos misas y más música" Los de París
                      "Solo un Estado que protege a los intelectuales hará un país fuerte"
                      "París tiene sus modas. Madrid, sus tradiciones devotas"
- La figura de Raposo es muy singular y es el personaje más "revertiano" frente a los buenos del bibliotecario Hermes (Hermógenes) y el Almirante, empeñado en ponerles todos los impedimentos posibles y dando mucho juego al asunto.
El escritor insiste que la palabra que define a esta novela no es sino la amistad. "En tiempos de oscuridad, siempre hubo hombres buenos que lucharon por traer las luces y el progreso. Y no faltaron quienes intentaron impedirlo".
"Yo soy un escéptico, más bien duro, amargo, al juzgar al ser humano. Pero esta novela me ha hecho un efecto terapéutico al obligar a ponerme en el lugar de gente buena. He llegado a ver que la gente buena existe y que es posible vivir instalados en la cultura, el diálogo, la amistad, la educación y la esperanza. El almirante y Hermógenes me han convencido. Ahora hablo del ser humano con menos dureza". A. P. Reverte.
Carmen García Royo

2 comentarios:

  1. Enhorabuena Carmen. Después de leer tu comentario dan ganas de ir a comprar el libro o buscarlo en
    una biblioteca. Gracias por seguir animándonos a leer .

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    1. Gracias a ti y a todas las personas que comparten su tiempo con este Blog, bien coordinándolo, o participando o buceando en sus recovecos y misterios.
      ¡Sin vosotros no sería posible!.
      ¡Por favor, que nunca muera por inanición!

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