martes, 19 de junio de 2012

HISTORIA DE LA TÍA AMPARO

     Una de las historias que cuenta la tía Amparo es que en la sublevación, allá por julio de 1936, entraron en la Puebla los milicianos que venían desde Castellón-Valencia . Venían saqueando y junto con gente de la Puebla les faltó tiempo al llegar al pueblo para dedicarse al pillaje y al incendio. La tía Amparo bajaba desde la Hacienda (Casa Rita o Miguela donde vivían entonces que eran los medieros) al estanco a comprar tabaco para su padre y al pasar por la Iglesia estaban sacando los santos a la plaza para quemarlos. En pocos minutos se veían las llamas en lo alto de la Iglesia. La tía Amparo salía del estanco y al quedarse parada mirando, los mayores que habían por allí la mandaron para casa. Más tarde, en el mes de octubre de 1936, fueron las muertes por represalias de unas 19 personas del pueblo por vecinos que los sacaron de casa para asesinarlos. En algunos casos como su padre, que había logrado esconderse, cogieron a sus hijos (Vicente y Bernabé) y le obligaron a entregarse para evitar que los mataran. Antes de esto registraron la Hacienda sacando a la calle a su madre y sus hermanas y a ella, como siempre cuenta “como me echaron al mundo” buscando a su padre. Como no lo encontraron se llevaron a sus hermanos (Vicente y Bernabé) y días después su padre se entregó. Lo asesinaron en los tres caminos de Valbona junto con seis personas más, después de maltratarlos. Los restos los quemaron. Pasada la guerra y tras el juicio dentro de la causa general, los restos fueron trasladados al cementerio de la Puebla. Pasados unos meses, durante los cuales todo era de todos (la casa, los huevos, los pollos…etc.) salieron evacuados hacia El Villar del Arzobispo huyendo de esta situación y de otras posibles represalias. Eso sí, como no se podían llevar todo , entre otras cosas “la fridura” la tía Clementa dejó preparada una mesa con comida, para que desconfiaran y no se atrevieran a comerlo, el final no lo sabemos, seguro que algún espabilado-tonto se la comió y algún listo-tonto no se atrevió a probarla. Esta historia me la ha dictado mi tía la hija de la tía Amparo, a mis primas y a mi no nos gusta hablar con ella porque siempre habla de la guerra y es que mi madre y su hija piensan que tiene un trauma desde entonces y que por eso lleva siempre ese lío, porque sufrió mucho. Mi madre me ha puesto unas fotos de cuando pasó esto en La Puebla.  
ANA TORRES (4ºB)

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