lunes, 9 de mayo de 2011

JÓVENES ESCRITORAS MUSULMANAS


A finales del 2007, ellas tomaron la palabra, jóvenes, artistas y musulmanas. Dos iraníes: Hana Makhmalbaf (izquierda), Premio Especial del Jurado en San Sebastián por su película “Buda explotó por vergüenza” y Marjane Satrapi (arriba derecha) por su cómic, llevado posteriormente al cine, “Persépolis”. En ambos casos denuncian la represión del mundo islámico hacia la mujer y el rechazo de la violencia, venga de donde venga.

La tercera mujer en alzar su voz, traspasando las fronteras de su país, fue la saudí Rajaa Alsanea (abajo derecha) con la obra “Chicas de Riad”, novela que he buscado desde entonces en varias librerías y que nunca he llegado a encontrar, incluso en Ferias, pero sí en nuestra Biblioteca Municipal; a pesar de haberse vendido a los pocos meses de su publicación más de 100.000 ejemplares en el exterior estando prohibida en Arabia Saudí y solo publicada en Líbano de todo el mundo musulmán. Sí, a pesar de estar escrita en lengua árabe, provocó una gran polémica entre intelectuales y políticos, despertando un gran interés internacional y vendiéndose a 11 países.

Trata de la historia de cuatro amigas: Sadim, Kamra, Michelle y Lamis, ricas, universitarias y con ganas de vivir pero atrapadas en las mismas tradiciones y costumbres que sus madres, enroladas en matrimonios de conveniencia o repudiadas por no haber seguido las reglas estrictas de recatadas doncellas.

¿Por qué el escándalo? Pues porque aunque siga una estructura original y aparentemente inocente en cada capítulo:

· Un poema (Nizar Qabbani, Balzac, Tagore, Mark Twain, Sócrates, Oscar Wilde o citas de diferentes suras del Corán).

· Unos mensajes dirigidos a esta dirección electrónica seerehwenfadh7et@yahoo.groups.com donde una de las cuatro va contando y siendo contestada por sus contactos y seguidores. Nunca se sabe cuál de las tres lleva a cabo el desarrollo de la historia propia y de las demás.

· Reflexiones haciendo alusión a las aportaciones, opiniones o críticas que recibe, impresas en distinta letra para diferenciar estos pensamientos de los de la autora

Y en “negrita” lo que realmente va pasando en el mundo de las cuatro día a día.

el desarrollo tiene su buena dosis de crítica, eso sí de una forma bastante desenfadada, acerca de de los valores imperantes en la sociedad donde se mueven y por extensión al resto del mundo árabe que no permite la autoafirmación de la persona.

A lo largo del año, en los e-mails va surgiendo la desesperación por la distancia entre la vida e ilusiones que se habían forjado respecto a su futuro amor, y su choque con la poligamia, el mehram o custodia legal que el islam impone a la mujer de por vida, primero el padre, luego el esposo, el hermano o el hijo.

También es verdad que en este desamor de matrimonios arreglados y en “el qué dirán” de la sociedad a veces los hombres lo sufren paralelamente, acarreándoles en muchas ocasiones un futuro igual de triste que a ellas.

Escribiré sin miedo sobre mis amigas,

sobre las cadenas ensangrentadas a los pies de las mujeres bellas,

sobre los delirios, las náuseas, las noches de implorar

sobre los anhelos enterrados en las almohadas,

sobre dar vueltas alrededor de la nada,

sobre la muerte a plazos.

Quiero escribir sobre mis amigas,

sobre las puertas que no se abren,

sobre deseos que son ahogados nada más nacer,

sobre la gran celda de la prisión,

sobre sus muros negros,

sobre miles y miles de mujeres mártires

enterradas sin nombre

en el cementerio de las tradiciones.

Mis amigas,

piezas compradas y vendidas en el mercado de la superstición,

prisioneras en el harén de Oriente,

muertas que no han muerto,

viven, mueren,

son consideradas una grieta en el fondo de la botella.

Mis amigas,

pájaros que mueren afónicos,

dentro de sus nidos.

NIZAR QABBANI

A pesar de lo que me ha costado conseguir este libro y no sé si es por las esperanzas puestas en él, casi puedo decir que está más cerca de una novela rosa o de cotilleo que de un documental o retrato de las mujeres de Oriente Medio.

Te decepciona la frivolidad con que se enfrentan a los acontecimientos y la sensación que dan de que su único fin es casarse o tener un hombre a su lado.

La misma impresión que tuvimos mi colega Mª Jesús Pérez, años ha, al leer “Pollo con ciruelas” tras el estupendo “Persépolis”, tan reivindicativo él y ambas de Marjarie Satrapi. Pensamos en ese tópico ¿pero qué tienen las mujeres en la cabeza? ¿De dónde viene tanta frivolización? Pero también es bueno analizar los libros que son menos o no tan afines a nuestro pensamiento. Siguiendo además a Juan José Millas, diré lo importante que es el emplazamiento de la mirada, “el dónde te colocas para mirar”, pues “El punto de vista de una novela puede ser también una decisión moral”.

Así que reflexiono y trato de sacar lo positivo, siento que nos hemos imbuido en un mundo que desconocemos, con unas estructuras rígidas y donde los parámetros son totalmente diferentes a los nuestros.

Dignas de admirar ellas, aunque no coincidan con nuestra perspectiva personal, porque siguen con sus esperanzas, sueños, planes e ilusiones con vistas en el futuro a pesar de las condiciones impuestas por su entorno.

Para entender más la historia, se debería leer primero el glosario final del libro y ver el juego de palabras que hace a veces la autora con los nombres y a la vez releer algunos conceptos o aclaraciones al tema.

Por ejemplo: Arabia Saudí es el único estado en el que la ley islámica rige todos los aspectos de la vida. La ley islámica, la sharia, es el código detallado de conducta donde se incluyen también las normas relativas a los modos del culto, criterios de la moral, de la vida, de lo permitido y de lo prohibido y las reglas que separan el bien y el mal.

Se hace alusión a lo largo de la novela respecto a las cuatro amigas al término “periodo de noviazgo” que es el intervalo entre la firma del contrato matrimonial y la ceremonia de la boda denominada “milkah”.

¿Qué sabemos de la vida cotidiana de Arabia Saudí, país donde la autora nació y creció? Los “cuentos de las mil y una noches”, el petróleo, la vestimenta femenina de los pies a la cabeza y poco más.

¿Y de la óptica amorosa saudí? La autora al hablar del amor argumenta que este aún debe luchar para poder salir a la luz. Que se percibe en los suspiros de los hombres aburridos en los cafés sentados solos, en los ojos brillantes de las mujeres con velo que andan por las calles, en las líneas de teléfono que se animan después de media noche entre conversaciones seductoras y lujuriosas, en las numerosas canciones y poemas de desamor escritos por las víctimas del amor desautorizado por la familia, por la tradición y por la ciudad, Riad.

Se podría decir que es un relato intimista hacia el exterior, tal vez femenino o feminista, quizá no es una obra de una literatura exquisita pero puede servir para disparar muchos debates en grupos de amigos o en un club de lectura, ya que seguramente enriquecería el libro con muchos más pensamientos y opiniones que a la ligera nos ofrece su lectura más bien frívola y de color rosa, con vetas moradas tragicómicas.

Dijo Paul Eluard:

“Es demasiado vasto el universo,

así que hay muchos mundos

y todos están en este”.

Carmen García

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