Nº 7 Especial "CONSUMISMO"
¡Los veintiún centros de secundaria participantes
en "Poesía para llevar" os deseamos
unas sanas y líricas fiestas!
Esta semana ha sido muy intensa. Como os
dije, he decidido dejar el proyecto del asilo y disfrutar de los que todavía no
había visto. Pues bien, las clases de
inglés con las mujeres son muy especiales.
No saben casi nada y la mayoría de ellas hacen mucho esfuerzo por
asistir. Es muy difícil para ellas porque el alfabeto es distinto, así que cuando
escriben palabras en inglés es como si estuvieran dibujando, les cuesta
mucho. Pero todas están muy ilusionadas
y motivadas porque necesitan aprender inglés para hablar con sus maridos que
trabajan fuera de Nepal. El método de
enseñanza es a base de repetir y repetir.
La verdad es que es admirable que tengan tantas ganas siendo tan costoso
para ellas. Ponerse en su lugar es fácil
si intentas leer un poco de nepalí o escribir alguna letra.
También he asistido a las clases de inglés
con niños en una escuela pública. Me ha
encantado pero están muchos niños mezclados de diferentes edades y distintos
niveles así que, obviamente, aquí se observa cómo la calidad de la enseñanza
disminuye porque es muy difícil atender a todos y más cuando cada uno tiene
unas necesidades distintas.
Lo más destacable de la semana es la boda a
la que fui ayer. Se casaba una de las
trabajadoras del albergue donde vivo.
Aquí las bodas las siguen concertando los padres. Esto significa que los padres de ella
escogieron a un chico que cumplía los requisitos que ellos querían. Unos días más tarde hablaron con los padres
de él y los presentaron. Así que en
cuestión de una semana prepararon la boda.
Los padres de ella tuvieron que pedir un préstamo al banco para pagar la
dote. Es decir, aquí, cuando una hija se
casa se va a vivir a casa de los padres del novio y se encarga de
cuidarles. Pero, para su manutención,
los padres del novio exigen una cantidad de dinero a los padres de la
novia. En este caso era de 6000 euros,
que para ellos es muchísimo. La novia no
quería casarse porque esto suponía la separación de su familia, ya que se va a
una ciudad lejos de Katmandú. Así que
imaginaos ayer en la boda. La novia
llorando, los invitados comiendo (entre ellos yo) y alguno bailando. Estuvimos cuatro horas esperando al novio,
que venía de su pueblo y tenía que dar vueltas por la ciudad antes de casarse y
cuando llegó, empezaron los rituales. No
pudimos ver terminar el evento porque era muy tarde y dura toda la noche. Una pena, pero fue algo sorprendente y muy
curioso. Su teoría aquí es que primero
se casan y luego ya llegara el amor y si no llega… pues no se lo plantean
porque llegará y punto. Lo mejor es
tener un hijo porque son los varones los que traen el dinero a casa. En estos momentos me alegro de ser española. Una mujer soltera aquí es el último
mono.
Y ya se ha terminado. Me voy ahora al aeropuerto y mañana estaré en
Madrid. Me alegro mucho de haber vivido
esto, he aprendido muchas cosas que ya os iré contando y por supuesto, he
recibido mucho más de lo que he dado. Os
animo a todos a probarlo!! 
El viernes fuimos a Patan, que es casi un
suburbio de Katmandú separada solo por el rio Bagmati. Su plaza, Durbar, es espectacular y tiene
rinconcitos que merece la pena descubrir.
Como curiosidades culturales que a veces
llevan a algún malentendido, en Nepal y también en La India, negar con la cabeza
quiere decir sí. Además, hay que entrar
a todos los lugares descalzo. Yo a esto
no me acostumbro demasiado porque todo está tan sucio que los calcetines acaban
negros. Tampoco se puede tocar ni besar
a las personas. Es decir, cuando te
presentan a alguien debes saludar juntando las manos con gesto de rezo e
inclinar ligeramente la cabeza. Pero,
sin duda alguna, lo que menos me gusta de esta cultura es el regateo. Para todo tienes que regatear y recomiendan
que pagues la mitad o menos del primer precio que te dicen. Es una lucha constante y sientes que te engañan,
pero la verdad es que es su cultura.
Espero no llegar al instituto descalzándome y recordar que cuando tome
algo en un bar tengo que pagar lo que me piden.