domingo, 8 de enero de 2012

RUTA LITERARIA: El fragor del agua VIII

Al terminar este libro  El fragor del agua, que forma una tetralogía compuesta por Tampoco esta vez dirían nada, La fábrica de huesos y el reciente Voces al alba te queda una sensación de que siga más  y a la vez  un gusto agridulce por este mundo rural que inexorablemente va desapareciendo y del que todos de alguna manera venimos y formamos parte de él.
Las masadas, que en su tiempo tuvieron una gran importancia socioeconómica, presentan un especial interés arquitectónico así como un patrimonio etnológico que no podemos perder a pesar de que los conflictos del s. XIX y XX tuvieron un papel fundamental en el expolio y abandono de esta forma de vida. Se calcula que por lo menos 200 mases aún están en uso, aparte del nuevo universo que se ha abierto con la restauración de masías como casas rurales u hoteles con encanto.
Las siete historias que componen El fragor…, salvo la primera, se desarrollan tras la guerra civil y son retazos que enhebran con fina aguja los sentimientos de estas gentes supervivientes en una áspera tierra, donde la palabra no es su principio vital pero son pura bravura y no les tiembla la mano a la hora de luchar contra la adversidad del terruño, buscando probablemente mitigar con ello el rigor con  que les tocó vivir.
Con denuedo, se afanaron en proteger esa forma de vida mantenida durante generaciones  por hombres y mujeres luchadores, héroes anónimos, a merced tantas veces de un destino incierto. Y a la vez ¡cuántos hijos de “Las Nuncias” se marcharían desaforados en busca de una nueva vida y de algo más que el paso de los paisajes recorriendo las estaciones!
Es un viaje de sentimientos encontrados, de colores y sabores, de sensaciones desbordantes, de añoranzas, de respeto a sus moradores, a los de antes y a  los de ahora.
Es un viaje donde se conjura el presente y el pasado, reforzándonos más en  la idea de que si el devenir histórico se hubiera desarrollado de otra forma, a lo mejor se podría haber salvado del expolio interior y exterior a tantas tierras,  a tantas gentes… ¡Tantos sueños rotos!
                                                                                   Carmen García Royo

1 comentario:

  1. Gracias, Carmen, por tu nutrida y amena ruta de El fragor del agua. Leer tus comentarios me animó a leer el libro y verdaderamente he disfrutado.

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