Antes de Navidad nuestros profesores nos informaron de que íbamos a ver un taller de reptiles. No sabía que podría ser eso, ni lo que nos iban a enseñar, pero llegó el día y todos estuvimos listos para ir a ver un taller tan interesante y novedoso.
Llegamos allí y nos pusimos todos sentados. El monitor se presentó y empezó con el taller. Lo primero que nos enseñó fueron dos tortugas, una de tierra y otra de agua dulce, la tortuga caimán, el animal con la tercera mandíbula más fuerte del mundo, etc. El monitor nos mostró el ruido que hacía la tortuga al cerrar la mandíbula y también cómo distinguir a una hembra de un macho. En ese momento nos preguntó si alguno de nosotros habíamos tenido tortugas de agua, para hacernos reflexionar sobre los cuidados que necesita un animal de más de 100 años.
Durante el taller nos enseñaron como era la rana toro y la rana punta de flecha, anfibio que vimos dentro de un bote de cristal para que pudiéramos ver cómo era su base, la cual era de colores.
También vimos cómo era una pitón reticulada albina, una serpiente de unos cuantos metros de longitud, pero sin veneno. Serpiente que pudimos tocar.
Nos enseñaron cómo distinguir una serpiente pitón de una falsa coral, dato importante, ya que una lleva veneno y la otra no, y ambas son muy parecidas, debido a la combinación de colores de la verdadera serpiente coral.
Más tarde pudimos ver un camaleón enrollado en un palo, un lagarto sin patas, inofensivo y que aparentemente parecía una serpiente, un dragón barbudo australiano originario cómo bien dice su nombre de Australia, y que tenía color amarillo, animal que pudimos tocar.
El monitor nos explicó al mostrarnos una tarántula en su mano que no tiene porqué picarnos si ella no se siente amenazada.
Después nos mostró cómo distinguir a los escorpiones con las pinzas, y nos dio información sobre el cocodrilo con la mandíbula más fuerte, que medía seis metros.
Mi opinión personal sobre este tipo de talleres, es que me ha parecido muy interesante, por lo que opino que se deberían de realizar en muchas más ocasiones, ya que no es lo mismo estudiar a los animales en un libro e intentarse hacer una idea de cómo son
, que el hecho de poderlos tocar cómo tuvimos ocasión y verlos tan de cerca.
Además el monitor nos explicó cosas muy interesantes que no conocíamos y que eran peculiares en cada animal, como en la rana punta de flecha.
También me pareció muy interesante que nos trajeran animales originarios de otros continentes, como de Australia, ya que son animales que jamás habíamos visto y de los cuáles nos explicaron su forma de vida y el ecosistema en el que habitan.
Me pareció muy curioso que los animales estuvieran acostumbrados a estar con la gente y que no se asustaran, ya que no habían vivido en libertad en su medio natural, ya que tampoco lo habían visto nunca. Por otra parte, no comparto la idea de que algunos reptiles, estén en peligro de extinción en su hábitat.
Pero sí que comparto la idea, tal como nos dijo el monitor, de que ahora algunos de estos reptiles no puedan ser cogidos de su hábitat, para que puedan vivir cómodamente, cosa que antiguamente sí que estaba permitida.
En resumen, lo que más me gustó es que nos dejaran tocar casi todos los animales para ver la textura de la piel y el poder verlos tan de cerca. Además de la buena organización del taller y de las distintas características de cada uno de los animales que nos trajeron.
Por lo que me gustaría que a lo largo del curso se pudieran hacer talleres de este estilo, que pudieran disfrutar los alumnos de todos los cursos, sin que nosotros tengamos la necesidad de desplazarnos para ver a estos animales tan curiosos.
Lo único que me hubiese gustado y que pudo haber en el taller, es más cantidad de animales, ya que a mí personalmente me hubiese gustado ver más clases de reptiles.
Aunque como bien he dicho antes, esta actividad es de mucho interés y muy educativa para todos los alumnos.
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