Anaquel con libros sagrados en la mezquita de Teruel (foto: Tania Mor) |
La pasada tarde del día 21 de enero tuve una oportunidad, esa que entre ceja y ceja se me había metido ya que otra persona había podido estar y yo no quería ser menos.
Sí, alguien había podido visitar la mezquita de Teruel, esa que tan pocos conocen, y yo no fui menos: pude entrar en una cochera habilitada en la que rinden culto personas musulmanas.
Puedo recordar que recibí preguntas del tipo: ¿Y no te da miedo? ¿Vas a ir sola? ¿Qué ropa te vas a poner, alguna en especial? Pero si eres una chica, ¿te dejarán entrar?…
Hoy puedo responder que me llevé una agradable sorpresa. No tenía miedo, simplemente me daba respeto en un principio. Sí iba a ir sola. Pero he de decir que todo se lleva mejor si te acompaña alguien, así que engañé a mi madre. En el tema de la ropa fui como voy un día normal pero con la gran suerte de que mi cazadora llevaba capucha (más tarde la iba a necesitar).
Me presenté a una hora muy temprana. Empecé a inspeccionar por si me había confundido, toqué varias veces y, sí, lo reconozco puse la oreja en la puerta para asegurarme de que no me engañaban y no había nadie de verdad. No pasaba nadie por la calle y no sabía qué hacer, si esperar o irme sin haber obtenido respuesta; elegí la primera opción ya que observé a una persona desde la otra punta de la calle que avanzaba. Creo que mi esperanza y mis ganas de querer saber qué me esperaba allí adentro fueron las principales culpables.
Mihrab de la mezquita (foto: Tania Mor) |
Tuve suerte y la persona que había visto era el imán (persona encargada de ofrecer el culto, paralelismo con un cura en la religión cristiana), le comenté que lo único que tenía que hacer eran un par de fotos para la asignatura que curso actualmente (Historia del Arte, confeccionamos un cuaderno digital con imágenes reales sobre los términos artísticos), este me dijo que él no me podía dar respuesta y le tenía que preguntar a la persona encargada, pero me podía volver a pasar a las 6:30 h.
A esta hora volví yo a la puerta muy nerviosa, intentando encontrarme con una respuesta afirmativa; así fue, me dejaron pasar siguiendo todas sus normas como son cubrirte la cabeza y entrar descalza.
Mantuve una conversación de la cual salí muy contenta, con algún otro punto de vista en mi cabeza y habiendo preguntado algunas dudas; una de ellas, la cual no quiero dejar sin mencionar, fue por qué el velo en las mujeres y en una española como lo era yo.
En conclusión, podría decir que todo el mundo queremos la verdad absoluta. Yo me posiciono en que siempre hay distintas tonalidades, me di cuenta de que no todo lo que sale en los medios es verdadero y que antes de juzgar hay que ponernos libro en mano, conocer al otro.
No hay nada mejor como las buenas curiosidades seguidas de las buenas intenciones, me llevo una experiencia que contar, un librito que muy amablemente me regalaron debido a todas las observaciones que les había estado comentando y a una persona (el responsable) que me tendió su mano, ofreciéndome libros (desde el punto de vista de su país) para poder ampliar mis conocimientos, inquietudes y resolver dudas.
Un espacio, otras ideas, que tenemos muy cerca de nosotros y que desconocemos. Una oportunidad para aprender y conocer.
Tania Mor Borque
Enhorabuena Tania !!! Si a tu edad, te atreves con este reportaje, de 1ª mano, te auguro un prometedor futuro de periodista comprometida que no se deja llevar por falsos testimonios y se quita prejuicios de encima para abordar la verdad. Un ejemplo de valentía, por la mala prensa que tiene el mundo musulmán, no por casualidad...para nada inocente!
ResponderEliminarNos has dado una lección.
Enhorabuena, has contribuido a quitarnos porquería de encima.
Salud y muchas gracias.
Remedios Clérigues