Rondando la medianoche del 22 de junio, cerca de setenta alumnos de 4º ESO del instituto Segundo de Chomón, acompañados por cinco profesores, iniciamos el viaje que llevábamos esperando todo el año. A partir de octubre empezamos vendiendo lotería; poco después, nos dedicamos a la venta de colonias; y con la llegada de la Navidad nos pusimos manos a la obra con los polvorones. Además, realizamos un desfile en el salón de actos de la Casa Blanca, que fue todo un éxito.
Durante
el trayecto al aeropuerto el nerviosismo y las ganas se palpaban en el ambiente;
Italia era el único tema de conversación en el autobús: planes, regalos, lugares
que visitar… En torno a las cuatro y media llegamos a Madrid algo cansados pero
sin perder la ilusión. Esperábamos ansiosos que saliera nuestro vuelo.
El
primer día nos vimos obligados a dar un giro brusco en nuestros planes, ya que
llegamos más tarde de lo previsto. Fuimos directos al hotel San Giusto, en
Roma, y comimos en los restaurantes cercanos mientras organizaban nuestras
habitaciones. Esa misma tarde fuimos a dar una vuelta por los alrededores del
Vaticano y visitamos el emblemático barrio del Trastevere. En nuestros rostros
se reflejaba el cansancio; así pues, decidimos ir al hotel y prepararnos para
la cena.
Cuando
estábamos listos cogimos el metro, transporte en el que nos desplazaríamos
durante toda nuestra estancia allí. Después de cenar en el restaurante Archi
Romani, un grupo de alumnos, los más aventureros, decidimos quedarnos por la zona
para ver el ambiente, y encontramos un pub en el que terminamos nuestro primer
día en Roma.
El
día siguiente después del desayuno teníamos programada una visita a los famosos
estudios cinematográficos de Cinecittà, donde viajamos a distintas épocas de la
historia paseando por los diferentes escenarios. Al mediodía nos trasladamos a
la época más gloriosa de la ciudad: visitamos el Coliseo, las termas y todo el
Foro romano. Por la tarde dimos una vuelta por otros lugares emblemáticos, como
la plaza de España, la Fontana di Trevi, el Panteón y la plaza Navona. Tras
cenar en el mismo restaurante, fuimos todos al pub de la noche anterior, donde
también había otros grupos españoles.
El
tercer y último día en Roma, nos dividimos en dos grupos: unos visitamos el
Vaticano y otros dieron una vuelta por el Trastevere. Comimos en distintos
restaurantes e hicimos tiempo antes de ir al hotel a hacer nuestras maletas y
salir rumbo a Florencia. Aterrizamos en la capital toscana en torno a las once
de la noche. Fuimos directamente al hotel Albatros, en el cercano pueblo de
Calenzano, donde nos hospedamos durante las siguientes tres noches.
Al
día siguiente recorrimos los lugares florentinos de mayor interés turístico
durante tres horas. Y a continuación, subimos al autobús que nos desplazaría
durante el resto de los días por toda la región.
Más
tarde, hicimos un recorrido por la Toscana visitando el atractivo San
Gimignano, con sus espigadas torres medievales, la acogedora Lucca y la
espectacular torre de Pisa. Tras una intensa jornada, regresamos a Florencia y
cenamos en el restaurante Il Pozzo. Como al día siguiente teníamos que
madrugar, los profesores se pusieron estrictos e intentaron que esa noche nos
acostáramos pronto.
A
primera hora ya habíamos salido del hotel. Eran las nueve y media de la mañana cuando
llegamos a Piombino y tomamos el ferry para desplazarnos a Elba, ¡isla a la que
fue desterrado Napoleón! Allí, nos dividimos en dos grupos para hacer la
actividad del kayak. Mientras el primero se divertía remando, el segundo hacía
tiempo en la playa y viceversa. Tras un fantástico día, volvimos a coger el
ferry que nos llevaría de regreso a la península, y durante el viaje casi todos
contemplamos con atención el partido que enfrentó a nuestra selección con la
siempre complicada Italia.
Algunos
de nosotros no olvidaremos aquella noche del 27 de junio, para muchos la mejor
del viaje, pues afortunadamente pudimos divertirnos en la discoteca Space de
Florencia.
A la
mañana siguiente recogimos todo nuestro equipaje del hotel para visitar Siena y
después ir al puerto de Civitavecchia, en Roma. Ese mismo día a las ocho de la
tarde embarcamos en un ferry inmenso que nos alojó durante nuestra última noche
del viaje, y así nos despedimos del país que nos había acogido durante una
semana. La noche en el barco no defraudó, teníamos discoteca, zonas de ocio,
casino, spa, piscina, etc.
Por
muy cansados que llegáramos, no había una sola persona que al día siguiente
dudase en volver a emprender el viaje; se fue un grupo de alumnos y volvió un
grupo de amigos. Todavía recordamos con cierta nostalgia cada uno de los
momentos que vivimos, rememorando algunas anécdotas con el montón de fotos y
vídeos que hicimos.
Tampoco
nos olvidamos de agradecer a los cinco intrépidos profesores, quienes se
atrevieron a acompañarnos en este viaje que sabían que no iba a ser fácil;
muchas gracias a Gonzalo -también por el espectacular videoclip con el que nos
ha dejado marcados los mejores momentos de nuestra aventura-, Elena, Ascensión,
Ricardo y Carlos, por compartir esta experiencia con todos nosotros.
Si
queréis ver cómo nos divertimos, en nuestro
videoclip ‘Estate’:
Carlos Gascón Pérez / Diego Sanz Huertas / Nerea Polo Artigot
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