martes, 10 de mayo de 2016

CRÓNICAS DESDE ALEMANIA

El pasado 1 de mayo, llegamos a Hamburgo tras un largo viaje. Todos estábamos felices de por fin poder visitar Alemania y volver a reencontrarnos con nuestros correspondientes. Pero pese a ya conocerlos y haber estado conviviendo con ellos una semana en Teruel, los papeles ahora eran diferentes; ahora éramos nosotros los que debíamos ir a sus casas y convivir con ellos, sus familias, costumbres e idioma. Esta convivencia en un país extranjero y una familia que no era la nuestra, nos causó mucho nerviosismo a la gran mayoría. Cuando recogimos las maletas y llegamos al aeropuerto, todos nos estaban esperando en la puerta con los brazos abiertos, y aunque en un principio aquel recibimiento nos pudo causar miedo, cuando nos reencontramos con nuestros correspondientes y nos abrazamos, todos esos nervios y miedos se disiparon. Conocer a las familias fue algo diferente y raro a todo aquello que habíamos hecho otras veces y tras ello, cada uno se fue a su casa. Algunos de nosotros, después de dejar las maletas, ver la casa y comer, salimos a dar una vuelta y tomar un helado. No fue mucho el rato que estuvimos por la calle, aunque fue gratificante salir el primer día con algunos de los compañeros alemanes y españoles y disfrutar de una agradable tarde en Hamburgo. 
El lunes día 2 de mayo, nos adentramos totalmente en la cultura alemana, ya que fue nuestro primer día. Personalmente, me levanté a las seis y media de la mañana y en torno a las siete, mi correspondiente alemana me llamó para que desayunásemos todos juntos. Tras pasar un pequeño rato toda la familia junta, nos preparamos para ir al instituto. Entraban a las ocho de la mañana, pero por estar nosotros en Alemania, fueron al instituto a las ocho y cuarto. Ahí recibimos una pequeña charla por parte de la directora y tras ello nos fuimos todos, alemanes y españoles, a un ferry por el río Elba. Hicimos una parada durante el trayecto en ferry para visitar un hermoso barrio el cual tenía  a un lado enormes casas y al otro unos preciosos jardines y alguna que otra casa. Cuando volvimos al puerto, cogimos el metro. Una vez dejamos el metro, nos dividimos en dos grupos los alemanes y los españoles; algunos se fueron al centro de Hamburgo y otro al Stadtpark. Los que nos fuimos al Stadtpark hicimos una barbacoa y tras ello nos pusimos todos a jugar a fútbol. En torno a las cuatro de la tarde, el grupo que había ido al centro de Hamburgo volvió y nos reunimos la gran mayoría. Cuando comenzó a refrescar, algunos se fueron a casa y otros nos fuimos a un centro comercial cercano donde pasamos el resto de la tarde hasta que nos fuimos a cenar cada uno a su casa.
El viernes día 6 de mayo, nos dividimos en varios grupos; algunos fueron al Zoo, otros al parque de atracciones y otros pasaron el día con sus familias. En mi caso, fui al parque de atracciones, junto con una compañera más y nuestras respectivas alemanas. Partimos hacia el parque de atracciones en torno a las ocho y media de la mañana, ya que el viaje y coger las entradas nos costó dos horas. Una vez estuvimos dentro, pasamos la mayor parte del día las cuatro juntas, disfrutando del buen tiempo y de las atracciones. Hacia el final de la tarde, nos reencontramos todos los que habíamos ido al parque y disfrutamos del poco tiempo que nos quedaba. Nos reímos mucho y lo pasamos genial, fue un día magnífico. 
 Amelia Oña

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