La semana pasada, los alumnos de 1º de ESO del IES Segundo de Chomón tuvimos la ocasión de disfrutar de una proyección de cine muy especial. A la sesión, que tuvo lugar el 16 de noviembre en la sala Maravillas, también asistieron alumnos del primer ciclo de ESO de los institutos Vega del Turia y Francés de Aranda. Fue una actividad conjunta de los programas de Un día de cine y Ciencia Viva, del Departamento de Educación del Gobierno de Aragón, en la que descubrimos quién era el hombre que da nombre al centro educativo donde este curso hemos comenzado a estudiar y cuál fue su contribución al desarrollo del lenguaje cinematográfico. Y es que Segundo de Chomón fue un pionero del cine nacido en Teruel en 1871. Por desgracia, de sus primeros años en nuestra ciudad no se guarda documentación, salvo las partidas de nacimiento y de bautismo. En su juventud partió rumbo a Barcelona para estudiar Ingeniería, y luego a París, donde descubrió el cinematógrafo.
La sesión estuvo guiada por Ángel
Gonzalvo, profesor en el IES Pirámide, de Huesca, y coordinador del veterano
programa didáctico Un día de cine.
Primero nos hizo una introducción sobre el nacimiento del cine, explicándonos
que los hermanos Lumière fueron los primeros que hicieron, en París, una
proyección pública con un aparato tomavistas que ellos mismos habían construido.
Pero en aquella época, finales del siglo XIX, había otros investigadores, como
los hermanos Skladanowky en Alemania y Edison en EE UU, que también patentaron
otros artilugios similares; aunque acabó triunfando el cinematógrafo de los
Lumière. Estos descubrimientos eran consecuencia de avances científicos y
tecnológicos producidos en aquellos años.
Luego nos habló de la Pathé, una
importante productora francesa que hoy todavía sigue firmando muchas películas;
en ella entró a trabajar, a principios del siglo pasado, Segundo de Chomón
coloreando películas y filmando los rótulos de los títulos y de las cartelas
explicativas. Fue su esposa, Julienne Mathieu, una actriz de teatro y variedades,
quien lo introdujo en el taller de coloreado que tenía Georges Méliès en París,
otro decisivo pionero de cine, y sin embargo mucho más reconocido que Chomón. De
allí se trasladaron a Barcelona para montar su propia empresa de coloreado de
filmes, y confeccionó el pochoir, una
máquina para colorear las películas por medio de plantillas que luego
patentaría la productora Pathé. Más tarde, se trasladaron de nuevo a París,
donde filmó muchas películas llenas de efectos visuales empleados ya por
Méliès, pero que nuestro cineasta perfeccionó, como el paso de manivela (luego
denominado stop motion), la truca, el
caché o las transparencias. De nuevo
se instalaron los Chomón en Barcelona para asociarse con otros empresarios del
cine, y realizaron más fantasmagorías, zarzuelas y documentales.
En 1912 fue requerido por una gran
productora italiana, la Itala Film, y Chomón se trasladó con su esposa y su
hijo a Turín. En la ciudad del río Po colaboró en grandes producciones como
operador de cámara, técnico de efectos especiales y también director, llegando
a utilizar el travelling por primera
vez en el largometraje Cabiria (aunque
entonces se le llamó carrello) e
incluso iluminando las escenas con fines dramáticos. A mediados de los años
veinte participó como truquista en otra gran producción, esta vez francesa, del
cineasta Abel Gance, titulada Napoleón,
donde ya estaban todos los recursos narrativos empleados en el cine actual,
como la multivisión.
Tras la introducción, se
proyectaron varias películas del cineasta de la época de la Pathé: El escarabajo de oro, El espectro rojo, Los Kiriki, acróbatas japoneses, El hotel eléctrico, Viaje al
planeta Júpiter, El inasible Pickpocket
y Metamorfosis, acompañadas con
música electrónica interpretada en directo por Juanjo Javierre, igual que se
presentaban en aquella época. Este músico ha compuesto la banda sonora de
varias películas, como Que se mueran los
feos, Fuera de carta y Perdiendo el norte. Al acabar la proyección,
el compositor nos explicó los instrumentos que utilizaba para darle el sonido:
sintetizadores y un curioso aparato con luces que dejó tocar a los alumnos que
quisieron subir al escenario, y sacaba sonidos electrónicos graciosos.
Para finalizar, Ángel Gonzalvo nos
propuso que indagásemos en los libros publicados sobre el cineasta, como El mago Chomón, del ilustrador
zaragozano José Luis Cano, y que buscásemos más películas de Chomón en Internet;
también podíamos entrar en la web elaborada por algunos profesores de nuestro instituto
(http://catedu.es/travelin_de_chomon/).
En conclusión, fue una sesión muy amena y a la vez instructiva, puesto que
descubrimos quién fue este paisano pionero del cine que da nombre a nuestro
instituto.
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