sábado, 14 de diciembre de 2013

MÁS NO ES MÁS


Ayer leí la entrada de Rafa Esteban en su blog El Alcabor titulada Autoayuda. Mencionaba la muerte de Clifford Nass y su teoría de la dispersión en la era digital. Leí, reflexioné y escribo.
El colegio donde estudié fue pionero en el tema de los ordenadores portátiles en las aulas. Fui de la primera generación que lo probó. En quinto y sexto, cada alumno, tenía un tablet (cada alumno!!!!). Al principio, con once-doce años, te parece superguay, tienes un ordenador nuevo, gratis y entero para ti. Puedes hacer lo que quieras, como quieras, cuando quieras (incluso, como ocurre, estar jugando en Internet mientras el profesor está dando clase...). Fíjate, disfruté el primer año, el segundo me aburrí y en cuanto maduré un poco y lo vi con una mirada externa pero conocedora del asunto, lo critiqué (y lo critico). ¿Qué tiene de malo la libreta? ¿Qué pasa si se escribe a mano? ¿Por qué me parece tan raro, e incluso complicado, escribir una carta en un trozo de papel y con un simple boli? ¿Por qué mi tiempo libre lo absorben las redes sociales? En clase, el otro día, la profesora de escultura nos pidió que argumentáramos en un párrafo por qué habíamos escogido la obra que habíamos escogido de Julio González, a mano. ¡Hubo bastantes compañeros que protestaron! ¡Que si por un párrafo no lo podían imprimir! Al final se hizo a mano, pero me sorprendió la reacción. Jóvenes, que SABEN y PUEDEN escribir...
Está claro que estamos en la "era tecnológica", y que todo este mundo virtual tiene un montón de ventajas, sobre todo a nivel de comunicación y de información, pero hagámoslo bien. Que un niño de once años (y antes también...) tenga como herramienta para aprender un ordenador, como regalo "obligatorio" de cumple o comunión o... un móvil (yo también lo tuve), como medio para jugar y hablar con sus amigos las redes sociales... Pienso que se está creando una sociedad antisocial (es mi opinión que, seguramente, esté equivocada, pero es lo que veo).
¿Hay que saber manejar un ordenador? Sí.
¿Son interesantes las redes sociales? Sí.
¿Los juegos desarrollan determinadas capacidades del niño de una determinada forma? Sí.
¿Es la informática y la tecnología una buena forma de trabajo? Sí, buenísima.
Pero, ¿cómo se enseña a manejar un ordenador, cómo se vive en las redes sociales, cómo se sabe dónde está el límite, cómo está planteada esa herramienta de trabajo?
También me ha servido para hacer una autocrítica. ¡Cómo me he dejado y me dejo llevar por lo que "se tiene que tener"!. Hasta los últimos años de la ESO no tenía tuenti, y al final, tuenti; no tenía facebook y al final, facebook; y lo mismo con twitter, whatsapp. Es lo que toca y más en la generación a la que pertenezco (la edad, amigos...).
Cuando se dice que en las conversaciones cara a cara es donde mejor se leen las emociones me ha recordado una foto que vi hace poco que invitaba a seguir una de las nuevas formas de comunicación: quedar con alguien para tomar algo. Pensé, es verdad, ¿dónde ha quedado eso de las relaciones humanas entre personas?
Rosa Gasque Rubio (ex-alumna del instituto y estudiante de Conservación y Restauración en la universidad de Valencia)

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