Nuestro instituto luce una arquitectura racionalista, hija de la experiencia pedagógica de la Bauhaus y de numerosas influencias posteriores.
En este curso la calle que lo alberga ha sido nombrada: Pablo Monguió. Un arquitecto modernista que cambió la faz del núcleo urbano con su prolífica labor en ámbitos diversos (escuelas, casas particulares, iglesias...) y con lenguajes arquitectónicos variados. Hizo que la curva creciera entre los trazos rectilíneos de las construcciones vecinas.
Para unir estas dos formas de entender el habitar, el vivir en un espacio construido, se han instalado unos bancos que conectan el espacio exterior con el interior introduciendo la forma curva modernista en el camino hacia la geometría del instituto.
Bueno, y también para sentarnos.
Muy bien el comentario. Por fin se suavizan las formas y la apariencia fría de unos edificios condenados a humanizarse. También por la palabra.
ResponderEliminarQuien sea la persona que ha hecho la foto, extraordinaria perspectiva.
ResponderEliminarY además observo que siempre está al "quite "de todo lo novedoso que ocurre e interesante.
Debe ser una experiencia muy rica el asistir a sus clases.
¡ Y que luego hablen de los enseñantes de la Pública!
"Ellos" son los que deberían aprender, entre otras cosas, dignidad.