La biblioteca, cualquier biblioteca, pero la del Chomón con más frecuencia, te da sorpresas. Una de ellas me la llevé hace poco tiempo, cuando me reencontré con un libro que había leído cuando estaba terminando la Básica (más o menos nuestro segundo de Eso). Tal vez porque a los trece o catorce años uno se siente como Robinson Crusoe, un ser solitario que explora el mundo me gustó La expedición de la Kon-Tiki, de Thor Heyerdhal, y que mezcla la aventura del mar con leyendas de los incas.
¿La volvería a leer ahora? No creo, mi Robinson se ha hecho más mayor. Pero me atrevo a recomendarla: siempre es interesante explorar el mundo que nos rodea. También me recordó este descubrimiento otro libro de aquellos días: Náufrago voluntario, de Alain Bombard, un francés que cruzó el Atlántico en una balsa hinchable sin agua ni víveres para demostrar que los náufragos pueden sobrevivir en condiciones extremas. ¿Estará esta novela también en la biblioteca del Chomón?
Rafael Esteban
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